Tracy Emin
Painting 5
Sístole
salida de mi puño
Por
tu sexo puedo dejarlo todo.
Olvidarme
de la vida sin sobresaltos,
dejar
atrás la línea recta,
las
comidas familiares del fin de semana,
el
trabajo fijo y las sonrisas falsas.
Por
tus bragas transparentes pierdo a todos mis conocidos
las
noches de vino con pláticas del futuro,
y
las inversiones y las series de televisión.
Por
la forma en que me ves
cuando
me exprimes el alma
puedo
matar mis buenas costumbres,
el
poco ejercicio que hago,
tirar
la comida saludable,
patear
a todos los perros
y gatos.
y gatos.
Por
tu sexo sin vellos
quemaría
mis trajes, los únicos zapatos que tengo
y
las pocas naves que me quedan.
Dejaría
de lado la estúpida educación que me dieron,
escupiría
mis banderas
y
mis falsos pudores.
Por
la forma en que me montas
y
me rasguñas y me pides que te lo meta por todos lados,
dejaría
libre a mis animales,
ésos
que sólo tú conoces y
que
seguramente,
nadie más soportaría.
nadie más soportaría.
Por
tu desnuda sinceridad,
por
las cosas sucias que me haces,
porque
no te aguantas nada y haces de la vida un cuarto,
mataría
a todos los niños del mundo,
cazaría
al último jaguar,
comería
carne.
Por
tu piel morena y tus costillas que me abrazan,
por
tus pelos que cambian de color
y
tus errores ortográficos,
porque
eres prohibida y porque siempre te alejas.
Por
tu rocío matutino y nocturno,
por
tu rocío a todas horas,
en
todo momento, en cualquier lugar.
Por
tu lengua viva como el mar,
por
los rayos que te iluminan,
por
el diablo que llevas dentro.
Porque
si amanezco mojado es que soñé contigo,
por
tus frases eternas
llenas
de lodo y lujuria.
Me
quedaría sin ojos, sin boca, sin manos,
me
quedaría sin memoria,
si
me besas siempre
como
la primera vez.
JFQ
Tracy Emin
My bed
Muy
a la Filiberto García
La
noche es el detalle
que
se atraviesa entre el primero y el último
de
nueve vasos de mezcal,
mezcal
del bueno, mezcal de Oaxaca,
o
de algún lugar por allá
donde
lo indígena es sólo riqueza cultural
que
aparece y se explota en los discursos
y
en la comunicación política.
Pinches
discursos, pinche comunicación política.
El
cuerpo suda y se enreda en la ventana,
una
silueta femenina muestra el vértice de una curvatura,
es
el arco infinito de la línea paralela
de
la tristeza.
Pinche
tristeza.
Sigo
una sombra que dejó un rastro en el asfalto
-
en la carretera más sinuosa de la vida -.
Es
la señal de que hay que seguir,
o
parar,
o
seguir,
o
parar,
o
mentarle la madre a alguien.
Pinches
dudas.
Apuro
el vaso de mezcal,
lo
acompaño con gajos de putería,
porque
el mezcal se toma solo,
al
menos así lo beben los tipos duros,
los
que no bailan
y
ostentan cicatrices callejeras.
Pinches
tipos duros.
Observo
los libros del estante,
asoman
algunos buenos escritores,
perros
de caza del lenguaje áspero y concreto:
Hikmet,
Hamsun,
el
Cucurrucucú.
Pinche
Hikmet.
Pinche
Hamsun.
Pinche
Cucurrucucú.
A
veces creo que la poesía me salvará de toda la mierda:
del
desamor,
de
la nostalgia,
del
conformismo.
Creo
que puedo inyectarle dinámica a mi vida
a
través de una que otra metáfora, anáfora, sinécdoque.
Pinche
poesía, pinches figuras retóricas.
Mejor
me voy a dormir a pegar con los párpados lo que no pego con los
puños a rozar las sábanas mulatas a escuchar una voz que me diga
duerme chamaco esto no es para ti Pinches puños Pinches mulatas
Pinches voces en sueños.
El
ojo me tiembla, el epicentro está en mi alma.
La
metáfora nocturna escurre
entre
las piernas de la mañana.
Pinche
alma.
Pinche
caliente que soy.