lunes, 19 de octubre de 2009

Uña



Emmanuel Morales
Agonia Ilusoria
carbón y acrílico sobre papel, 2006.


¿Qué puedo hacer con estas flores ciegas?

Nací aislado.

Tengo ratas en la cabeza,
como todos,
pero yo les puse nombre
y alimento.

Quiero los ojos de Kandinsky
y las manos de Neruda,
para ver House y tener un perchero,
donde pueda colgar todas las ideas que me sobran
y que no voy a hacer por hedonista.

Al aire le pregunto:
¿Eurípides vivió sus tragedias
o sólo las escribió?

Perdí en la trampa más vieja:
amar a una puta,
sin ofender,
y ahora busco
la forma de regalar olvido.

Escondí mis navajas en una nube.
Me dijeron que así saldría el sol,
esta luz coagulada.
Espero que mi nube regrese
para mojarme con sus navajas.

Sigo soñando que todos duermen mientras despierto.

Mis miedos se reducen
a no perderte.

En tus ojos puedo sentir
que has ido y venido
de todos lados.

No sé cómo está el futuro en este momento
pero tú, yo y el viento,
vamos en camino.


Jaime Fraire Quiroz






Emmanuel Morales
Tiempo en prusia
oleo sobre tela, 2008.


Inventariándome los pelos de los huevos


Podría escribir que crecí en un pueblo pesquero
Ubicado junto al mar
Con su botes y veleros
Y su brisa olor a sal
Pero una mentira, aunque esté en un poema,
Sigue siendo una mentira.

Nací un día en que la noche vino por mí
A curarme de mi adicción a la luz.

Me autonombro yucateco.
De donde nazco no soy
Si no de donde me arrastro a morir.

Onaneo cuarenta y cinco minutos al día
Y escribo quince
Tengo más vocación de otra cosa
Que de escritor.

Frente a mí
Hay un vaso ya vacío
La hora feliz acabó hace ya unos años

Cuando me cepillo los dientes, orino
Y cuando cago, leo
He llegado a la conclusión de que soy hiperactivo.

Ese alguien que me respira
Es diferente al que me escribe
Pero coinciden los dos
En que no caben en mi pecho

Me han medido por fracasos
Por ahorros, por decenas,
Por cuántas pinches corbatas vacías
Se malgastan en mi closet
Pero para saber mi verdadera edad
Tendrían que contar los anillos de mis huesos
Los centímetros cúbicos del rocío de mis noches.

De impulsos ya carente
Me encamino
La mirada en el bolsillo
y la mano al horizonte

Si desaparezco mis huesos,
¿también se borra el dolor?


Miguel Ángel Cocom Mayén