domingo, 17 de mayo de 2009

Palimpsesto


M. C. Escher. House of stairs lithograph, 1951, 47 x 24 cm.

Te sueño en varios frentes

En alguna parte te me escondes
Detrás del viento
Y de adagios de luz que bifurcan tus manos

En algún recóndito te me huyes
Le tomó toda la lluvia
A mi pecho encontrarte

De alegría
A posturas llanas te repartes

El guijarro de tus ojos
Me avientas con parpadeo
De trapecista sin red

¿Cómo se dice tu piel en poesía?
Ha de ser sólo piel
Lo demás sería redundancia
De la luz, de la luz…

Eres tú la más poesía
De ti coloreo el papel en blanco
Con palabras que arrojan ya tus hombros
De suspiros entrelazo
Y hago nudos marineros
Que con tus dedos espuman

Difiero de tu pómulo afilado
Tienes una garganta en la gaviota
Que se encrespa con rubor que no canta
La mitad de tus escombros
Los llevo en un puñadito
Repleto de inmovilidad

Te mides por infinitos sucesivos
La eternidad es un cero a la izquierda
De tu sonrisa
Harta de ángulos perfectos
Vas de sueños

Llena de ternura
Te desbordas en agujas que fronteras
Son del agua
Eres el demiurgo del origen
Que al infinito se repite y se despeña

Muy inerte vas saltando vida
De lágrimas cojeando
Una a una te despojas
De las flores que te nacieron
Le susurro a tu oído
Que le quiero susurrar al oído
La siguiente frase:
“Te quiero susurrar al oído”

Te lanzas a la vida y
Cuelgas tu cabello al rocío
Que le cortas a la mañana

Entiendo que tu corazón
Palpita en otra dirección
Por eso te compré una brújula

Tu cuerpo es el mar naciente
Y sueñas el sueño del que padece insomnio

Con ademanes impunes de límites
Te asilas bajo el sol del mediodía
Imitas con tu silencio una nota
Ya carente de repleto vacío
¿Cuántos muslos hay entre tus flores siembra?
Lluvia que es palabra de la sequía
Nada como el eco del salado
Que tienes en tu mar
Todo es tan miel en tu dulce
Por donde sendereas

En tu sonrisa a toda asta
Puntual la ceremonia de tu sangre
Se desplaza, se vierte, se rotula
Tienes grabado el eco del silencio
El viento del día calmo
Son amorosos tus huesos
Marfil de piel que colorea
Con tizas despedidas de rumores

Me gustaría abrazarte
Pero te me desbordas
Prisionera de tus fugas
Vas mañana todas mis noches
A galope en el caballo de tu espuma

En el incendio de tus labios
Se nos quema el beso
Del milagro de tus piernas soy creyente
¿Qué manos trazan tus piernas
Cuando tus piernas acarician mis manos?
En el vientre de tu fruto
Muerdo la piel con que me encierro
Soy preso de ti
Preso poético

No sé qué me empuja a tu adentro

Miguel Ángel Cocom Mayén. Poeta yucateco.


Pieter Brueghel. Paisaje con la caída de Ícaro. Óleo sobre lienzo

La otra pierna de Santa Anna

¿De qué se supone que hablas?
No puedes pedir una sonrisa.
También voy a balbucear
acerca de todo el tiempo que no te di.
Toma en cuenta
que somos seis en la cama.
Y afuera siempre graniza
como un repetición espontánea de besos.
¿De qué se supone que estoy hablando?

¿Por qué hablar de la muerte si estás vivo?
¿Por qué hablar del amor?
¿Felicidad?

El vacio es al hombre
lo que al pasto el rocío.
Me duelen hombres que no quieren morir.
Y los que no han leído a Neruda.

¿Por qué seguir pensando
que estos versos son míos?
Y todavía quiero sentir,
pero el sentir no se quiere,
se sienta
a lado,
se sienta adentro.
Como el olor a tierra mojada
siempre llega desde adentro.

Desperté peinando tus alas,
pero regreso el dolor
que me dejaste en el pecho.
Cariño, espero no escurras
del amor que marchita semillas.

Todo lo que les sobre
dénmelo a mí
acostado sobre líneas onduladas.

Eres el mejor invento para volar.
Me sujeto a tu cintura
y caemos libres.
No sé si me sonríes
o le sonríes a todos.
No entiendo si me ves
o lo matas todo.

Entiendo pocas cosas
como:
que las mariposas no envejecen,
que el viento gira siempre
en algún lado,
que el polen huele a ti,
que el alma tiene colores.
Entiendo que la paz no existe,
como Dios,
pero tenemos que buscar.

Entiendo que a veces, a lo lejos
veas un niño llorando, sin ropa
y te duela el pecho.

Hay problemas tan hondos en el alma
que no se pueden pagar.
Para mí, está tu sonrisa.
No va a curar a nadie, pero a mí;
no va a alimentar a nadie, no habla, no brilla.
Sólo para mí está tu sonrisa.

Jaime Fraire Quiroz. Poeta chintololo.

El 10 es al 1, lo que tu cuerpo al mío

10 son los dedos de tus yemas
9 entradas nocturnas dura nuestro juego
8 horizontal es la piel de tu pliego
7 pétalos de fuego en tus rosas morenas
6 los lunares debajo de tu sol
5 estrellas pidió la luna por tu rescate
4 puntos cardinales en tu vientre
3 pupilas caminan por cada pestaña
2 son los defectos de tu ombligo
1 es que está separado del mío

Nassim Fraicom. Poeta libanés.